Ayudando desde la tecnologia a conservar la cadena de frio de las vacunas
Por Javier Rainer
La pandemia que nos ha tocado vivir, llamada pandemia del COVID-19, nos ha llevado a una situación terrible, no prevista ni por los mejores pronosticadores del futuro. Ha supuesto el estado de alarma en muchos países, y sobre todo un incremento de la mortalidad a escala mundial.
Si pensábamos que lo peor ya había pasado, resulta que han ido surgiendo diferentes variantes del virus como, por ejemplo, la variante Delta que de nuevo se ha extendido de una forma rápida e implacable. Los expertos ya han avanzado que la inmunidad de rebaño no se alcanzará con el 70% de la población vacunada. Como explica McKinsey & Company (https://mck.co/3sNb4Ul ), vamos hacia un futuro en el que habrá que convivir con el Covid y sus variantes.
En cualquier caso, la vacunación sigue siendo clave en este escenario. Para evitar la alta mortalidad y el desbordamiento de hospitales, cada vez más expertos coinciden en que deberíamos intentar vacunar al 100% de la población.
Ante esta tesitura, investigadores de la ESIT de UNIR ha planteado un proyecto de investigación, que actualmente se está desarrollando, cuyo título es CONTROL DE CADENA DE FRIO DE VACUNAS CON IOTA TANGLE.
Dentro del ámbito de Industria 4.0 e Internet de las Cosas, las líneas de trabajo son amplias y con grandes retos a futuro. La idea del proyecto trata de servir de germen para desarrollos futuros. Se pretende diseñar y desarrollar un demostrador de un sistema de monitorización (DSM), en tiempo real, basado en el Internet de las Cosas, donde los datos de temperatura de vacunas se almacenarían de forma inmutable en un DLT (Distributed Ledger Technology), es decir, en una estructura de datos distribuida en varias localizaciones. De este modo, se conseguiría que las farmacéuticas y los centros sanitarios puedan monitorizar y comprobar, de forma fiable, la cadena de frío de las vacunas.
Actualmente, existe un gran número de fármacos que necesitan un control continuo de la temperatura para su correcta conservación. Estos fármacos necesitan estar en un rango de temperatura entre los +2ºC y los +8ºC, y así mantener todas sus propiedades clínicas desde su fabricación hasta que llegan a los centros sanitarios y son administrados a los pacientes.
El proceso para mantener la temperatura óptima de las vacunas se llama “control de cadena de frío de vacunas”. Ese control se realiza, normalmente, insitu, sin que se utilicen sistemas de monitorización remota ni de registro de la temperatura en tiempo real.
En los últimos años se han ido produciendo numerosos avances tecnológicos que han propiciado la llegada de tecnologías disruptivas como el IoT, Big Data, Inteligencia Artificial, Fabricación Aditiva, etc. Todas éstas han cuestionado la sociedad y economía tal cual la conocíamos, siendo la base de la actual digitalización de la economía y la sociedad a nivel mundial (Morales, 2018).
Dos de las nuevas tecnologías que están permitiendo esta revolución y que se pretenden desarrollar son las de IoT (Internet of Things o Internet de las Cosas) y las DLT (Distributed Ledge Tecnology o Tecnología de Contabilidad Distribuida). La primera permitirá la integración de objetos y dispositivos de todo tipo, creando redes de sensores que aumentarán el conocimiento de nuestro entorno social, económico, etc.. Y la segunda, dentro de las tecnologías DLT, se utilizará IOTA Tangle que se basa en un DAG (Directed Acyclic Graph), que es un grafo acíclico dirigido diferente a la cadena de bloques típica utilizada en Blockchain.
Por lo tanto, el diseño y desarrollo de este proyecto se centraría en evaluar la utilidad estas dos tecnologías para mejorar un proceso crítico en la sanidad actual. Este proceso es el “control de la cadena de frío de vacunas” durante su transporte desde los laboratorios farmacéuticos hasta los centros sanitarios.